Duele decir adiós..
Y la vida se puso enfrente, apuntándome con su mirada, esa mirada fría pero a la vez cautivante. Mi cuerpo se enfrió lentamente al escuchar de un aparato sin vida, que ya no era parte de este lugar, sino de quien sabe que otro lugar que me espera negligentemente. Desde ya me siento solo, la sombra de la soledad me fue abrazando lánguidamente, no era eso lo que quería?, ya ni lo se... momentos de alegría, de tristeza, de soledad, de amor, convergen en un mismo ser...mi ser. Y es que dejarlo todo no es fácil, no es sencillo cambiar la calidez, por el frío, cambiar estar acompañado por estar solo; pero por otro lado, no es sencillo cambiar ser nadie, por empezar a construir un alguien. Y a eso es a lo que apelo cada vez que me enfrento a esa vida que sigue apuntándome a veces con desprecio, pero que a veces en la incomprensión de mi existencia se torna complaciente.
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