Sin azar
Tantas parejas felices y mujeres locamente obsesivas con el matrimonio, - sin aún tener la víctima- me han incitado a pensar en lo que implica esa búsqueda de presa.
Me niego a creer en ese dicho popular que profesa que “el que busca, encuentra”. En el escenario amoroso, creo que es todo lo contrario. Entre usted menos busque más le van a llover, pero aclaro que como dicen los comerciales, aquí también “aplican condiciones y restricciones”. Me refiero a esto haciendo la salvedad de que cada caso será distinto y que este tipo de situaciones dependen mucho, de qué tan insoportable es usted para las otras personas.
Ya habiéndome curado en salud, y exponiendo mi tesis genérica sobre las búsquedas amorosas, quiero traer a colación una situación que me parece bien interesante de analizar: Motores de búsqueda de media naranja On line(desconozco el nombre de la categoría de este tipo de sitios en internet).
Alguna vez ingresé a una de estas páginas -seguramente muy desesperado- y únicamente me encontré con un montón de personas mucho más desesperadas que yo. En este punto creo que es importante aclarar que no tengo nada en contra de los motores de búsqueda de amor en internet. Todo lo contrario, creo que ayudan mucho, pero no en su objetivo de unir parejas, sino a la inversa, estas páginas ayudan a que uno tenga cada vez más certeza de que estar obsesionado en buscar esa media naranja tan anhelada, no genera sino frustraciones.
Creo que hay que dejarle esa responsabilidad al azar para no tener que pasar por la incomodidad de encontrar tanta gente decepcionante. La cuestión es ahorrarse momentos de tedio, porque me rehuso a pensar que algún cibersujeto que tenga en su perfil una foto de sus partes “nobles” y a su vez, la típica e insolente frase "busco gente bien”, pueda brindar algo más que malos momentos e infortunios.
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