Goten
Fueron miradas, fueron palabras, suspiros mal obrados y sonrisas que destellaron en tu rostro. Con un saludo cordial y un apretón de manos, se fue envolviendo mi corazón en un sinfín de emociones que ni yo mismo podía comprender lo que pasaba con él. Le grité por una de sus aurículas que se quedara quieto, que no se dejara llevar por la soledad que lo agobiaba. Pero varias copas fueron creando un ambiente de regocijo y tu mirada se fue clavando en mis ojos. A veces me gustaba sentirla, pero a veces percibirla por largos y extendidos segundos me llenaba de terror. Soy un cobarde lo sé, me da miedo sentir, le temo a enamorarme, por eso solo necesito tus manos para sentirme cómodo, necesito de tu cuerpo para mantenerme en pie. Solo han pasado unos días desde que tu mirada fue materializada en un beso y lo único que quiero cuando me encuentro solo, es volver a sentir tus labios combinarse con los míos…
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